Estimado Amancio;

Hacía tiempo que no le escribía una carta, pero porque me he pasado tanto tiempo hablando con su servicio de atención al cliente que hasta somos amigos.

Todo empezó con un pedido que hice antes de rebajas. Parecía que todo iba bien, unas sandalias de Uterqüe preciosas, 80€ y que prefería asegurarme a tenerlas y así estrenarlas antes de rebajas, pues no, las sandalias no aparecían y el día 2 de julio llegaron a la tienda. Llamé a atención al cliente y me solucionaron todo, muy amables, incluso me dijeron que podía devolver el producto y volver a comprarlo rebajado, que no había problema. Parecía que la historia terminaba con final feliz, y además había aprendido que podía comprar algo después de haberlo devuelto en el momento.

Ya empezadas las rebajas, compré una falda midi en la tienda online de Zara, la cual parecía desaparecida del mapa, porque en mi cuenta de Zara online aparecía que seguía en proceso. Como ya me había pasado lo de las sandalias de Uterqüe, llamé a atención al cliente otra vez, y me dijeron que era un error que no había recibido el mensaje, pero que mi paquete ya estaba en Zara. Otro aplauso para su servicio de atención al cliente, se estaban portando de maravilla. Esta vez, como el producto había bajado de precio durante mi espera, volví a comentar con la persona de atención al cliente de Zara el tema, y me dijo que podía devolver y volver a comprar el producto en el momento. 

Pero no todo iban a ser buenas noticias y el lunes finalmente recibí la trágica noticia de que uno de esos paquetes que no llegan, nunca me van a llegar. Eran unos botines negros con flecos, preciosos. Pero nunca serán míos. Después de ver que no me llegaba el paquete y ya siendo amiga de los de atención al cliente de Zara, llamé para saber si ya estaban en tienda mi botines, pero me dijeron que no les aparecía el paquete. ¡Menuda desilusión Amancio!



Pues nada, después de una mañana de espera, me dieron las gracias y me devolvieron el dinero. ¿Qué hay de la compensación moral? En otras empresas existe la doble compensación, es decir, te devuelven el dinero (que es tuyo) y te dan una tarjeta regalo por las molestias causadas... y a mi solo me han dado las gracias, pero me he quedado sin mis botines.

Sr. Ortega, volveré el fin de semana a Coruña, así que espero que con esa Estrella Galicia que nos tomemos, me pase una tarjeta regalo de Zara...es solo una sugerencia, pero la pena que tengo por no tener mis botines es tan grande que no sé si le podré mirar a los ojos cuando nos veamos.

Por lo menos, espero que me siga en el Facebook...